La aparición de Zeferino Torreblanca
Galindo como candidato a la presidencia municipal de Acapulco es con la firme
intención de bloquear las aspiraciones de los Figueroa, quienes tienen
intenciones de participar para ese mismo puesto, hasta el momento con las
siglas del PRI.
Otra de las intenciones del registro
de Zeferino es continuar con la división a una posible unidad de izquierda para
que triunfe en esa demarcación. Todavía pueden sumarse movimiento ciudadano
(quien gobierna Acapulco) y el PRD de Evodio Velázquez (el personaje más
aventajado) con el objetivo de evitar que gane el PRI sin los Figueroa.
Avatares de la política, el PRD de
Evodio, por ejemplo, le permitiría que gane el Figueroísmo en el puerto.
Quiérase reconocer o no, el fenómeno
Zeferino ha dejado buena impresión en el puerto. Y, la verdad, no es que haya
sido un presidente municipal que cambiara Acapulco, sino que hubo arreglos
desde la federación para seguir mostrando que en México ya se había establecido
la alternancia y con ello la democracia.
Lo anterior me remite al 2000 cuando
el PRI mostraba signos de cansancio y de división interna. Francisco Labastida,
candidato del PRI, representaba a lo vetusto del tricolor. Muchos priistas y
otros sectores, principalmente económicos, deseaban el cambio. No hubo tal,
pero llegó Vicente Fox a la presidencia con los colores azul y las letras de
PAN.
Volvió a perder el PRI la presidencia
en 2006 porque conservó la división interna y puso un pésimo candidato a la
presidencia en Roberto Madrazo Pintado.
En ambos eventos miles de priistas
votaron contra su partido y el personaje. Tampoco desearon que ganara la
izquierda con Andrés Manuel López Obrador; para ellos representaba un peligro.
El PRI pudo dividir a la oposición.
No hubo alianzas entre PRD y PAN, y no era precisamente por cuestiones ideológicas,
sino simplemente por asuntos de poder.
En Guerrero el actual proceso
electoral, para el PRI, le es benéfico porque ha dividido a sus adversarios. No
existe una pizca de unidad, en, por lo
menos, dos lugares estratégicos: Acapulco y Chilpancingo. Bajo ese ambiente el
PRI resulta altamente ganador. El puerto contiene el mayor número de electores
y es el municipio de mayor importancia económica. La capital representa el
sitio donde se asientan los tres poderes.
El PAN acapulqueño no va a realizar
alianzas con la postulación de Zeferino Torreblanca Galindo, ex gobernador y ex
presidente municipal de este lugar. Movimiento Ciudadano en una especie de
viraje de último momento, podría apoyar al candidato del PRD y hasta el grupo
Figueroa podría sumarse a este personaje, dado el ambiente adverso que le han
presentado, precisamente por la postulación de Zeferino y con la idea de
haberle presentado un externo al PRI; es decir, le quieren cerrar el paso a
como dé lugar a los Figueroa.
Faltan 3 días para conocer cuál va a
ser la decisión de los Figueroa y éstos pueden dividir al priismo o
fortalecerlo.
Puede ser candidato directamente el junior Figueroa o alguno de
sus personeros como Fermín Alvarado Arroyo; o con su fuerza política-económica
entablar una negociación.
Así es la
política.
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