Dice la letra de la canción
emblemática sobre Guerrero. Por los caminos del sur…vámonos para Guerrero…Ya
con arreglos de la redacción sería: vámonos para el PRI, porque, es el único
lucero.
Y, pues sí, la división del espectro
político (8 adversarios) más el ambiente incierto de celebrarse, tanto el
proceso como la jornada electoral, indica que debe ganar el tricolor, porque
posee una estructura, supongo sólida.
Sólo un increíble acuerdo entre
las izquierdas para llegar a aglutinarse podría arrebatarle el inminente
triunfo al PRI de Héctor Astudillo.
El mejor candidato de oposición
al PRI sigue siendo Luis Walton. No se trata de misoginia, ni asunto colateral
sobre Beatriz Mojica, candidata a gobernadora del PRD; sino de una cultura
machista en la entidad. En charla con diversas mujeres sobre la postulación
perredista, por ejemplo, caen en la generalidad de que NO la ven como lideresa.
Y como estoy describiendo de
política y de esto saben los oportunistas, pues resulta que los ex priistas,
los que se conocieron como amigos de Aguirre ya entablaron pláticas de
acercamiento con el senador René Juárez Cisneros.
Se supone que Juárez Cisneros
acercará a los ex aguirristas con el candidato Astudillo. Insisto, esto del
pragmatismo político lo entienden a la perfección, saben que si llegan antes de
que inicie la campaña, tal vez, les den oportunidad de conservar sus
privilegios. Simplemente porque aplican la frase: los primeros en llegar son
los consentidos.
¿Despertarán odios y rencores?
Este capítulo está por escribirse. O ¿Astudillo tendrá la habilidad para limar
asperezas? También nos enteraremos de lo que viene.
Los mensajes de orfandad de
Aguirre dirigidos a sus aliados son evidentes: sólo está ubicando en posiciones
políticas a sus más cercanos; carece del poder de antaño. Y ante ello, sus
“amigos” buscan refugio y se van con el que perciben va a ser el ganador.
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