El principal disidente del PRI se llama Andrés Manuel López Obrador y
fue él quien a través de la elección intermedia (2015), utilizó la
campaña para posicionarse rumbo a 2018.
Los resultados le ofrecen ser la cuarta fuerza electoral nacional, y en Guerrero ocupa el quinto sitio, sin
tener presencia en tres cuartas partes del país y sin haber ganado una alcaldía, como tampoco una curul estatal, lo que muestra los
claroscuros electorales de este país llamado México.
Después de conocer los resultados de los comicios se abren de capa en
búsqueda de la silla presidencial, la señora Margarita Zavala, esposa de
quien fuera presidente de la República en el periodo 2012-2016. Los
esposos Zavala y Calderón son miembros del PAN.
Un día después del destape de Zavala acepta que también “quiere”, es el
actual jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera.
Mancera llega a este puesto político con la alianza del PRD, aunque no
pertenece a este partido. Con una imagen, en estos momentos con cierta ventaja, de ser independiente.
En una mirada por encima de este ambiente se puede comentar que tres de
los cuatro partidos más importantes en México ya están en campaña para
2018.
En realidad no debería sorprender a nadie este comportamiento de
aspiraciones políticas porque es parte de un contexto democrático.
Sin embargo, como provenimos de una cultura político “hegemónica y
vertical”, se percibe que ese tipo de manifestaciones debilitan a quien
representa el actual poder político.
En realidad y políticamente no debería preocuparles a los que detentan
el poder político; los resultados de 2015 les indican que ganaron la
mayoría simple en el poder Legislativo y con alianzas de sus partidos
ligados alcanzan a ser mayoría. Además conquistaron siete de las nueve
gubernaturas en disputa.
AMLO, con esa arista de autocráta, sostiene que no realizará alianzas con nadie; y si alguien lo desea tendría que ir a apoyarlo. En este nivel ya tiene a su primer aliado: Movimiento Ciudadano en voz de Dante Delgado Rannauro, quien es la sexta fuerza política mexicana.
¡2018, año de la sucesión presidencial, ya está en campaña!
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