Legalmente hoy miércoles es el último día de proselitismo político. En caso de que algún candidato realice actividades públicas podría perder su registro.
Se supone que lo realizado, hecho está. Pero continúan en suspenso las negociaciones entre algunos candidatos para declinar.
Por ejemplo, existe el rumor de que Jorge Camacho Peñaloza, candidato del PAN, decaiga. La incógnita es hacia dónde.
Si lo hiciera hacia cualquiera de tres punteros es casi seguro que ganaría. Me refiero al PRI, PRD y MC.
La enorme disyuntiva de quienes hacen política, en el tema de los declives es saber, en estos días, si Movimiento Ciudadano o PRD se juntan. Sería un golpe demoledor a las pretensiones priistas.
Cabe la posibilidad de que MC realice una declinación a favor del PRI. Es decir, que como se encuentra la situación de “cercanía” entre tres, éste partido se ha convertido en el fiel de la balanza a favor de PRI o PRD.
O incluso se asoma el escenario que el PRD favorezca a MC.
Si MC se mantiene en su posición de no a la alianza, favorece al PRI.
La primera premisa es que nos encontramos en una de las características de la democracia: incertidumbre.
El tema obligado es inseguridad electoral por otro grupo que impulsa boicot al proceso. Estemos o no de acuerdo, este movimiento plantea una posición política que podría llevar a un enfrentamiento contra el voto duro de cada partido.
En términos cuantitativos son más lo que desean elecciones; sin embargo, los que rechazan las elecciones realizan actos “espectaculares”. Eventos, habría que decirlo, inhiben al voto indeciso pero no al convencido, al duro.
La aparición del ejército en algunos municipios en lugar de animar a acudir a las urnas despierta recelo entre la población votante.
Además no se debe impedir que la gente vaya a votar. Es un delito. Habrá consecuencias legales.
Segunda premisa se van a celebrar elecciones.
Conclusión la moneda sigue en el aire. Unos se encuentran nerviosos y otros desesperados.
El resultado del ganador lo sabremos, espero, a media noche del domingo.
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