lunes, 22 de junio de 2015

Resurrección; PRI y PRD

Los resultados de la elección intermedia 2015 al PRD (aliado al PT), le dieron 11 puntos porcentuales, con lo cual se coloca como la cuarta fuerza electoral. Pasa del segundo al cuarto lugar al compararse con los resultados de 2012.

En aquella ocasión, donde se compitió por la presidencia de la República, iban el PRD en coalición: PT y Movimiento Ciudadano impulsando la candidatura de Andrés Manuel López Obrador (AMLO); las tres fuerzas lograron el 31 por ciento de la votación, apenas siete puntos debajo del PRI de Enrique Peña Nieto.


Es decir, la división de los que se identifican con una ideología de izquierda fue uno de los factores que minó su potencial electoral en este 2015.


En este 2015 el PRD obtuvo 11 por ciento y Morena nueve (partido creado por Andrés Manuel López Obrador). El otro partido, Movimiento Ciudadano alcanzó seis puntos porcentuales. Si se suman estos porcentajes tenemos 25 por ciento. Cantidad igual a la que conquistó el PAN y seis puntos debajo del PRI con 31 puntos porcentuales.


En un escenario de unidad de las izquierdas son competitivos frente al PAN y PRI en lo que sería el otro evento electoral. Es en este sentido que el PRD no tendría que desaparecer; recurrirá a la coalición o a una alianza para, por lo menos, conservar sus puntos porcentuales o, si  disminuye su votación en caso drástico, pero jamás se desvanece.


La historia reciente del PRI nos indica que en la democracia electoral existe la posibilidad de un retorno al poder.


Como muchos recuerdan la primera transición se dio con la derrota del PRI en el dos mil. 


La constante en el 2000 y 2006 fue un priismo dividido. Hubo una pugna interna por la renovación generacional de los nuevos grupos priistas. Francisco Labastida Ochoa representaba al viejo PRI (2000) y Roberto Madrazo Pintado a la descomposición de esos priistas (2006).

En este periodo de crisis priista se hablaba de cambio de siglas, estatutos y hasta de una paulatina desaparición de esta institución. 


Los priistas estaban desesperados por encontrarse fuera del presupuesto.

El PRI en aquellos periodos e izquierda en lo reciente se mostraron fragmentados.


Subrayo, el PRI carecía de candidato ya sea de ideas o carismático.


La figura que llenó este espacio fue Enrique Peña Nieto, quien venía trabajando para ser candidato a la presidencia en 2012 desde casi 12 años con antelación.

Con esa visión el PRD comienza a apuntalar a un personaje carismático y con ideas para 2018: Armando Ríos Piter, actual senador por Guerrero. 


Otra opción la tiene en Miguel Ángel Mancera, jefe de gobierno del Distrito Federal, quien perdió un enorme capital político. Parece que los tiempos políticos rebasaron tanto a Ríos Piter como a Mancera. Sin embargo, quien les lleva la delantera a ambos es AMLO por haber recuperado la Asamblea Legislativa y casi la mitad de las delegaciones del DF en 2015. Además AMLO es un personaje que en sus participaciones como candidato a la presidencia ha ido creciendo. En el 2006 logró 15 millones y en 2012, 16.

Si el PRD desea conservar su fuerza política sólo le queda contemplar la idea de una coalición con AMLO en 2018. Éste personaje ya tiene a su lado a Movimiento Ciudadano, precisamente para disputar la presidencia por tercera ocasión.


Como apunté líneas arriba las tres fuerzas políticas ideológicas de izquierda  juntas logran ser competitivos frente al PRI o al PAN. Esta unidad alienta un efecto psicológico social que le ayudaría a conquistar la presidencia.


Algunos se preguntarán ¿y los recursos económicos para un despliegue publicitario y competir por la presidencia quién los aportaría? Observo al grupo Monterrey que hizo ganar la gubernatura de Nuevo León con Jaime Rodríguez, mejor conocido como El Bronco. Además el grupo económico Monterrey fue aliado de AMLO en 2012 y puede repetir la fórmula.


Si el PRD deja de realizar una alianza o coalición con Morena tendrá una merma electoral; pero no desaparece. La otra alternativa es una negociación con el PRI para ayudarle a la división de una ideología de izquierda y convertirse en su aliado, tal y como lo ha realizado el Partido Verde, que en este último evento logró un 100 por ciento de avance político.


El PRD tiene opciones para eludir la desaparición.

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