jueves, 19 de mayo de 2016

Aliados (a veces sin querer) del PRI

La respuesta priista ante la baja popularidad de Enrique Peña Nieto como presidente de la República ha sido buscar nuevos aliados en diferentes sectores sociales.

Algunas encuestas (El Economista, Reforma y Washington Post) nos indican que la aceptación del presidente ha descendido de manera alarmante.

Lo ubican entre tres y cinco puntos porcentuales. Al comparar su popularidad o aceptación cuando llegó a la presidencia en 2012 se puede interpretar que llegó con aproximadamente con 7 puntos porcentuales a su favor.

En la actualidad es exactamente al revés.

Tres indicadores le resultan desfavorables: economía, inseguridad y corrupción.

Los encuestados perciben que en esos temas hay problemas.

Ante esa advertencia social los priistas han encontrado respuestas políticas. Aliarse con grupos sociales muy específicos. Esos que sí están organizados y que, en algún momento político, podrían regresarle el favor.

Me refiero al grupo de género, o sea el 50 por ciento del padrón electoral o al 51 por ciento de la población. Es decir, fue una decisión del actual presidente, Peña Nieto, legislar para que en todos los espacios políticos se incluya la paridad.

Algunas dirán que cada mujer decide su propia militancia y eso de la equidad es un derecho. Y podrán tener razón, pero este tipo de mujer ya se encuentra en un partido político determinado.

La iniciativa fue dirigida a aquellas mujeres que todavía no saben si votar o no hacerlo. El mensaje de equidad o paridad es esa masa informe que conforma la sociedad y que todavía no milita en algún partido. Y éstas representan una mayoría. Sector que le puede ayudar al PRI.

En estos días se difundió, en medios  impresos y electrónicos, que el presidente Enrique Peña Nieto, va a enviar una iniciativa de ley dirigida para reconocer a los matrimonios del mismo sexo.

El único grupo de presión que se disgustó fue la iglesia católica. Que aunque es un sector muy fuerte en la sociedad mexicana se desprende que habrá un diálogo o negociación entre el poder político y la grey católica para que ésta última obtenga beneficios.

El grupo lésbico gay está de plácemes por ese reconocimiento y si aceptamos la hipótesis de que en México el 50 por ciento de las familias se han integrado por un jefe de familia (ya sea hombre o mujer) y por parejas del mismo sexo, entonces tenemos una gran cantidad de votos, pienso, en beneficio del PRI.

Además los lésbico gay han dado muestra de ser muy organizados y altamente escandalosos.


Ante la baja estima del presidente, los priistas ofrecen respuestas con alianzas políticas. Los resultados se obsevarán en 2016 y con mayor énfasis en 2018.

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