Lo dijo y lo cumplió. Ángel Aguirre Rivero se encuentra de regreso en el quehacer político.
El exgobernador, en dos ocasiones, conserva fuerza política, negarlo es como querer ocultar el sol.
A lo mejor se encuentra en un atardecer, para continuar con la metáfora literaria; pero mientras haya luz, hará valer su presencia.
Tiene simpatizantes en Guerrero, ni dudarlo. Esos seguidores son históricos y los trae desde que fue presidente estatal del PRI; crecieron con la primera gubernatura en 1996 y se volvieron a mostrar en 2011 en la segunda oportunidad para dirigir el estado.
Es carismático, tema que dicen los mercadólogos: “lo que natura no da, natura no quita”
El aliento político local se pudo comprobar en 2011 cuando fue nuevamente gobernador. En las primarias del PRI, frente a los demás contendientes, era el favorito en las encuestas. Los poderes locales lo bloquearon. Pero consiguió el aval del precandidato a la presidencia, entonces gobernador del Estado de México.
La otra potencia política recae precisamente por su amistad con el presidente de la República, Enrique Peña Nieto. En este momento las encuestas le dan que de cada 10 mexicanos sólo tres concuerda con sus políticas públicas.
Sin embargo, es el presidente y en el sistema político mexicano es el “gran jefe” hasta que concluya su mandato. Ahí está la lealtad al presidencialismo; falta lealtad a las instituciones.
Como buen político Aguirre Rivero hizo llegar dos mensajes de fuerza política.
La fotografía donde el hijo aparece con el presidente nacional del PRD, Agustín Basave Benítez y una reunión con el gobernador de Guerrero y quien fuera su subsecretario de Finanzas, Jorge Salgado Leyva.
¿Coincidencia? No. A menos que Basave explique que la fotografía no es reciente. Pero en política nada es coincidencia.
Aguirre Rivero no aparecerá físicamente en Guerrero; pero ha dejado ver su sombra. Tal vez a algunos sectores políticos y sociales les molesta el retorno de Ángel Aguirre; a otros sectores políticos les preocupa. Al PRD, aún de su reciente asociación con los hechos en Iguala-Ayotzinapa, increíblemente, lo fortalece.
Así es la política.
No hay comentarios:
Publicar un comentario