La política, la real la realizan quienes están organizados.
Unos las llaman corrientes, otros grupos, se conocen como organizaciones.
La política, dice Don Gato (personaje de caricatura), es de pandillas. Gaetano Mosca los llama clase política.
Cada una de esas asociaciones tiene su líder.
En el PRI Guerrero, por ejemplo, se puede identificar al astudillismo, figueorísmo, renejuarismo, añorvismo, por citar algunos. Creo los de mayor presencia.
El título de este ejercicio en el sentido de que Mario Moreno Arcos podría ser el próximo presidente estatal del PRI se infiere porque a este grupo no le han otorgado algún espacio de importancia dentro del reciente gabinete.
Hace unos meses se mencionó que dos eran los contendientes con mayor fuerza para dirigir esa institución política. Precisamente Mario Moreno Arcos, quien ya iba de salida del ayuntamiento de Chilpancingo y Daniel Pano Cruz, hombre identificado con el grupo renejuarista.
Pano ya forma parte del gabinete del gobernador Héctor Astudillo y esa designación lo pone fuera de la contienda.
El otro argumento es que los priistas, desde el sexenio de Manuel Ávila Camacho, han tenido el cuidado de practicar sus propios contrapesos políticos.
Con las dos premisas anteriores me inclino a pensar que Mario Moreno Arcos le van a dejar la dirigencia estatal del PRI.
Ahora que si no le dan esa oportunidad a Mario, entonces la lectura sería otra y entonces vendría la etapa de la preocupación de Mario Moreno Arcos.
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