sábado, 31 de octubre de 2015

Se abre la tierra en colonia de Chilpancingo


A la vista estaban las grietas en las calles. La simple mirada detectaba que era profunda la abertura y prolongada. Luego se dieron cuenta que el pavimento de las calles estaba exageradamente quebrado y algunas de sus partes excesivamente levantado, casi medio metro.

El primer pensamiento se dirigió a que la causa hubiera sido un movimiento telúrico. Pero no había reportes de un acontecimiento de esa naturaleza. Otros habitantes, con más sentido literario, dijeron que era el nacimiento de otro cerro. Un volcán, parafraseando de J. J. Arreola.

Los colonos alarmados de inmediato llamaron al 066 y los líderes de la colonia buscaron a sus contactos en el ayuntamiento y en el Congreso local. Del miedo, casi de inmediato pasaron al pánico.

Con el agrietamiento de la tierra en la calle principal de esa colonia se colapsaron seis casas y otras 23 están en riesgo de caer. Sesenta personas se encuentran refugiadas en la casa de usos múltiples de acuerdo al reporte de Novedades Chilpancingo (29/10/2015).

Los deslaves en un nivel mediático se encuentra de moda. Acaba de ocurrir algo similar en Guatemala donde fallecieron cientos de personas; en estos días sucedió en la “zona exclusiva" de Santa Fe en la ciudad de México. Aquí,  en Chilpancingo, se abrió la tierra y afortunadamente no hubo decesos que lamentar.

Los académicos y científicos, luego de un estudio en Guatemala, sostienen que el origen de los deslaves específicamente en este país se debe a la deforestación. Es decir, que los árboles cumplen dos finalidades: ser una barrera ante la avalancha del agua cuando llueve y conservar el vital líquido en lo que se conoce como ríos subterráneos. Los árboles no solamente son de ornato, sino que los soldados de la fuerza natural de corrimiento del agua.

Al parecer el origen de los deslaves en la colonia Héroes de Guerrero como en Guatamala obedece a la tala inmoderada de árboles.

Tanto en el país centroamericano como en la capital del Estado las consecuencias no son de algunos años a la fecha, sino de una ausencia de planeación del desarrollo urbano, en donde se encuentran inmiscuidos funcionarios al otorgar escrituras en lugares sin haberse realizado la pruebas técnicas del uso del suelo.

En otras palabras autorizaron construir casas en terrenos sin un diagnóstico previo; dos son los propósitos de esa acción: cubrir una demanda de casa habitación y con ello conseguir la entrada de impuestos vía pago de predial. Aquí, es evidente que tiene que realizarse una investigación y, en su caso, determinar sanciones. 

Con los fenómenos Ingrid y Manuel hace 2 años ni hubo reparación de daños (existen miles de damnificados) ni tampoco castigo a quienes autorizaron la construcción de unidades habitacionales en Acapulco.

Por lo pronto, en un recorrido el presidente municipal de Chilpancingo, Marco Antonio Leyva Mena, informó que geólogos de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAG) harán un análisis de suelo para saber cuáles son las causas del deslizamiento de tierra y deslindar responsabilidades.

Agregó que desde hace una semana Protección Civil estatal y municipal monitorean el agrietamiento de tierra para evitar perdidas humanas. Esta última institución habilitó un albergue en la casa de usos múltiples de la colonia, donde dotaron de colchonetas, agua, medicamentos y despensas para apoyar a los refugiados.

El alcalde de Chilpancingo anunció que se reunirá con funcionarios estatales y federales para atender el problema y para ver la contratación de geólogos de la UAG, quienes se coordinarán con el Instituto de Vivienda y Suelo Urbano (Invisur) y la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu) para buscar alternativas para la reubicación de los afectados.

Recientemente Leyva Mena creó la policía ecológica con la tarea fundamental de evitar la deforestación de las zonas arboladas de Chilpancingo.

La vecina Diana Hernández dijo que en la casa de usos múltiples viven encimados y no tienen espacio para colocar sus pertenencias. Por lo que solicitaron la colocación de unas carpas para que haya más espacio en la casa, porque vivimos apretados.

En un recorrido cerca del refugio, se observó que en la cancha de futbol hay familias que hicieron un campamento con telas y lonas en la portería para cubrirse del sol. Además otra familia construyó un refugio con palos de madera y láminas.

No solamente despertó el miedo (otro), aunado al de la inseguridad; sino que además la incertidumbre de perder un patrimonio, la única herencia familiar.

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