lunes, 20 de julio de 2015

Ayotzinapa docencia, academia o politica

Me preguntaba un amigo si la Normal Rural de Ayotzinapa es una institución de educación.

Las respuestas fueron afirmativas.

De las que recuerdo son: Allí se han formado, desde hace más de 90 años, cientos de profesores. Adquieren títulos de grado a nivel licenciatura. Realizan trabajos de investigación para poder adquirir su título y luego desempeñarse como profesionistas.

La inquietud provino, me aclaró después, por su formas de manifestarse; lo que ellos consideran exigencia a sus demandas. Como son cierre de carreteras, toma de casetas y manifestaciones callejeras; en los últimos sucesos incendio de oficinas de partidos políticos y de autoridades legislativas y ejecutivo estatal.

Esas actitudes, me comentó, no son maneras de protesta de personas que van a ser “símbolos de aprendizaje”.

Me aclara que le molesta que gente que se dice preparada la manipulen para “ser objeto de otros intereses”.

Entonces comentó si la educación que reciben es de calidad.
Y es una palabra que se encuentra en la mesa de debate.

Y depende de cuáles son los objetivos de la institución.

Para las escuelas privadas se entiende calidad si sus egresados se vinculan lo más rápido posible a sectores productivos.

Las instituciones públicas, como las universidades, si sus estudiantes se ubican en terrenos de investigación, docencia o en áreas de servicio a la sociedad.

En el caso de las Normales si sus graduados se colocan en instituciones de enseñanza, de acuerdo a su especialización; ya sea jardín de niños, primaria o secundaria.

Otro mecanismo para conocer “la calidad” de los egresados de la Normal Rural de Ayotzinapa sería leer sus trabajos de investigación que les sirven para titularse. Otro amigo, que en su vida se ha dedicado a edición de libros, tuvo la oportunidad de leer algunos textos de investigación y me constata que observó trabajos bien sustentados.

Este tipo de divulgación, hasta donde sé, se desconoce. Y, también hasta donde conozco o desconozco esos textos no han impactado en algún sector de la educación.

Creo que debe haber un trabajo realmente sobresaliente, pero no incide socialmente por falta de publicidad. Es en ese sentido que se pone a debate “la calidad” de los egresados de Ayotzinapa.

Los personajes que identificaron como intelectuales que estuvieron recientemente en la clausura de la última generación coincidieron en recordar los nefastos acontecimientos donde murieron personas y estudiantes, y, además se encuentran desaparecidos 43 ó 42 normalistas.


Nadie hizo alusión a la preparación académica de los normalistas. La pregunta obligada es ¿por qué? La percepción es que allí se hace política, si docencia; pero no academia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario