miércoles, 29 de julio de 2015

Política, política y dinero

“La real politik es otra cosa” nos dijo en cierta ocasión un profesor en alguna clase de negociación política; el enunciado lo refirió para comparar el nivel teórico con lo pragmático.

La política en lo real, ahora lo puedo comprender con mayor precisión, se resuelve con dinero.

Vuelvo a citar a Florencio Salazar Adame, quien en una charla pública en el auditorio de la Unidad Académica de Derecho a propósito sobre el ejercicio político dijo, palabras más palabras menos, que los más interesados en motivar manifestaciones sociales eran algunos funcionarios ya que a la hora de la negociación, ellos (los servidores públicos), se quedaban con la mayor parte de los recursos que se utilizaban para detener los conflictos.

Especificó que los líderes también se guardaban otra parte y las miserias las repartían entre los quejosos. Agregó que el dinero, lo que llega a sobrar, se va en pagar los transportes y la comida. 


Ningún centavo a la muchedumbre.

En otras palabras lo que comentó Florencio es que la política es un negocio.


Cuestión que se vuelve a confirmar con las grabaciones entre políticos que se han hecho públicas en la revista Proceso.


Todos los diputados pidieron o solicitaron cantidades millonarias para que el gobernador conservara el puesto. Los costos oscilan entre 4 y 10 millones.


Algunos medios deslizaron ese símbolo de negociación en aquellos días de finales de febrero; pocos aportaban pruebas; eran dichos. 


Ahora está confirmado por el trascendido.

Y si bien fue un pacto no se puede hablar de corrupción. 


Simplemente porque está contemplado en el presupuesto y no es dinero que vaya personalmente al diputado, sino a la ejecución de obras. Vamos realizaron ajustes.

Evidentemente una auditoría revelaría los desajustes y los malos manejos de los gobiernos en turno. Y eso es lo que también está pidiendo el gobierno actual de Rogelio Ortega.


Si alguien desvió recursos que sea responsable y se haga acreedor a las sanciones correspondientes.


El gobernador Ortega sostiene que hizo su función en este tiempo de crisis y lo que realizó fue una división en la mayoría de las organizaciones sociales y políticas. La más evidente fue en la CETEG donde hasta la fecha se encuentran enfrentados.


Y la única manera de fraccionar o desmembrar al adversario es, como lo comentó Salazar Adame, con el uso de recursos. Esa es la política real.


Y en Guerrero existen cientos de organizaciones sociales y políticas y en ellas “invirtió” el gobierno  de Ortega Martínez para controlar, domesticar o acallar.


Por supuesto que esa estrategia tuvo, deduzco, el aval del gobierno federal. 


Una decisión de ese tamaño no se toma a título personal, porque llevaría a profundizar la quiebra del Estado.

Si fue una decisión del gobernador traerá graves consecuencias; de lo contrario, nada va a pasar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario