miércoles, 8 de julio de 2015

Catarsis perredista, Guerrero

Mientras los priistas, triunfadores de la pasada contienda electoral (2015), festinan y piensan en el futuro; los perdedores canalizan sus análisis del pasado reciente y hasta de origen hacia una catarsis.

La palabra catarsis se puede definir de dos maneras: Los antiguos griegos la entendieron como una purificación de las pasiones mediante las emociones que provoca la contemplación de una situación trágica. Es decir, la muerte y en el caso que comento sobre la pérdida del poder de los militantes del negro amarillo, que es algo similar, me imagino, cercano a un deceso.


La otra definición de catarsis y que están realizando los perredistas guerrerenses en reuniones en las siete regiones es la liberación o eliminación de los recuerdos que alteran la mente o el equilibrio nervioso.


Están tratando de eliminar los posibles traumas políticos.


El método para liberar al consciente de una sociedad de esos pésimos recuerdos se aplicó en 1985 luego de conocer el desastre que ocasionó el terremoto.


Los psicólogos recomendaron a “todos” que contaran lo que habían visto, oído y/o percibido para eliminar del consciente las malas evocaciones.


Eso es saludable en la mente de los simpatizantes y militantes del perredismo; sin embargo, envían una imagen dirigida a la sociedad de ser un partido dividido y lleno de rencores.


Como observador de la política me encanta que los perredistas “revelen” cómo es la real politik; pero insisto ese perfil asusta a nuevos partidarios. Como se dice en el argot: la ropa sucia se lava en casa, precisamente para ofrecer otra imagen.


Los perredistas en sus reuniones catárticas insisten en el pasado y poco observan el futuro, lo que viene.


Para algunos fue una tragedia; sin embargo, si ven los resultados políticos como partido a lo mejor entenderían que lograron ganar el municipio más importante del estado: Acapulco, antesala de la gubernatura.


A menos que sigan viéndose como grupos o corrientes de opinión y no como perredistas, seguirán lamentándose porque no conservaron la gubernatura. Si continúan enfrentados, o, lo peor, divididos, sucumbirán nuevamente.


La opción más viable, si desean regresar al poder, es una política de alianzas, la cual ya está dibujada  y trazada alrededor de Morena. En esa ruta ya se encuentra Movimiento Ciudadano y el PT, quien perdió el registro pero conserva simpatizantes.


El pasado -valga el perogrullo-, ya pasó. Hay que pensar en el futuro.

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