martes, 7 de julio de 2015

Matrimonio Gay y adopción

Los matrimonios del mismo sexo han sido aprobados por el Tribunal Superior de Justicia, lo que implica que en cada territorio se deben ajustar las leyes.

Las personas del mismo sexo se pueden casar en lugares en donde sus leyes se lo permitan; y en donde la justicia todavía no se adecua es necesaria la actualización o las reformas.


Lo anterior se requiere porque somos una República y de acuerdo a la definición anterior el gobierno federal está obligado a respetar las leyes de cada entidad.


En este nivel que el alcalde de Acapulco, Luis Uruñuela, pide a los homosexuales esperen a la regularización de las leyes locales con la decisión del máximo tribunal.

El párrafo anterior tampoco quiere decir que las personas del mismo sexo se puedan casar en los sitios donde todavía falta la dichosa adecuación. Sino que tendrían que realizar un juicio en base a la aprobación que ya hizo la Suprema Corte de Justicia de la Nación para exigir sus derechos.


Es decir, pagarían a un abogado y tardaría unos cuantos días o semanas para concretizar su deseo.


Si con el casamiento de personas del mismo sexo surgió un debate, la controversia se mantiene cuando el mismo Tribunal también estableció que pueden adoptar con el criterio de que forman una familia.


Quien escribe en este sentido me muestro conservador. Me cuesta trabajo entender qué le van a enseñar a esa personita y si realmente le van a respetar sus gustos y preferencias o le van a obligar a adoptar sus complacencias.


La última frase es mi preocupación.


La sociedad mexicana en su función como padres de familia somos autoritarios. Todavía queremos que nuestros hijos hagan lo que les decimos. En este nivel no creo que las personas del mismo sexo sean diferentes a “esa cultura patriarcal y autoritaria.


El debate está en la mesa.

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