miércoles, 9 de septiembre de 2015

Guatemala ¿Quién ganará?

Los vecinos de abajo viven un periodo extraordinario en su vida social y política. Me refiero a los guatemaltecos.

La desestabilización del presidente Otto Pérez Molina encuentra su origen en el choque de los grupos políticos y militares de ese país.


Para quitarlo, con el movimiento popular, le fincaron un acto de corrupción. Lo insólito de Pérez Molina es que no aceptó esa calumnia y en estos días encara a sus acusadores a través de un litigio.


En ese desencuentro de los grupos guatemaltecos la sociedad civil encontró la posibilidad de hacer política. Se cumple otra teoría política. Ante el enfrentamiento de los grupos fuertes surge un tercero.


La demostración de organización social la observamos en los resultados de las recientes elecciones. En este evento obtuvo el mayor número de votos un personaje alejado de la política y de los partidos políticos. Él es un comediante.


Efectivamente el nombre de Jimmy Morales se colocó en primer lugar con el 25 por ciento de los votos. Y la única explicación que se puede ofrecer al haber ganado ese sitio obedece a que la mayoría de los votantes –cerca del 80 por ciento- le otorga el beneficio de la duda.


O también se puede escribir: los políticos han ganado incredulidad.

Los segundos lugares, porque se encuentran muy cercanos con 19 por ciento, fueron para la señora Sandra Torres, esposa del expresidente Álvaro Colom y el empresario Manuel Baldizón.

Si ubicáramos la ideología de las tres fuerzas políticas guatemaltecas, serían: centro Morales, izquierda Torres y derecha Baldizón.


Coloco al centro a Jimmy Morales porque es mejor conocido como comediante, a pesar de contar con formación académica de economista.


Se parte de la idea que ganará la segunda vuelta Morales por haber ganado el primer lugar. Sin embargo, las otras agrupaciones tienen una estructura y si llegaran a realizar una alianza entre ambas, con la mano en la cintura, le ganan al comediante.


El dilema de la izquierda y la derecha es llegar a un acuerdo para saber quién encabezará la fórmula.


En esa coalición surge una variable. No necesariamente las bases de las que he calificado de izquierda y derecha van a obedecer lo que digan las cúpulas; ya que históricamente estas dos posiciones se han confrontado. La consecuencia podría ser favorable a Morales.


Cualquiera de estas dos posiciones podría acercarse con Morales para entablar una negociación.

En estos momentos la moneda se encuentra en el aire y será el 25 de octubre, cuando se celebre la segunda vuelta, cuando sabremos quiénes realizaron un acercamiento.

Conclusión: el triunfo será para quién logre la alianza. Lo complejo, no imposible, para los partidos políticos es un acuerdo.

Se parte de la premisa de que Morales velará por los intereses de la sociedad. Se puede adelantar que no será de esa manera y entonces tendríamos que ver, de nueva cuenta, a la sociedad protestando en las calles. 

De no ser de esa manera, asoma la posibilidad de que los guatemaltecos no han alcanzado la madurez política que nos mostraron para derrocar a Otto Pérez Molina.

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