En política, cuando la actividad o lo inmediato es muy previsible, se considera estático. No confundir con estético.
Una esencia de la política es la controversia, el debate y la contradicción; sin ella no se mejora porque el fin último, y por supuesto complejo, es el acuerdo.
Todos los partidos encuentran objeciones, la dificultad es encontrar un arreglo.
En ese tránsito de los desacuerdos se va vislumbrando la tolerancia y paralelamente se construye la conciliación.
No, no es fácil entender esa traslación, hasta que se pone en práctica. A veces pasan años, en ocasiones –con inteligencia- son meses o simplemente que se den los acontecimientos.
En el PRD ya han sido demasiados acontecimientos y también años y continúan divididos. Parece que no aprenden. Salvo excepciones.
En estos momentos observo cuatro grandes corrientes de opinión en el perredismo.
Los que desean implementar un diálogo político con quienes son gobierno en sus entidades. Es decir, llevar a cabo negociaciones que se puede entender dos formas: a) espacios políticos o b) que se les respete para convertirse en una oposición responsable siendo críticos.
Los que desean ser una dificultad política en aras de volver a ganar credibilidad entre sus simpatizantes. En realidad serán adversarios en discursos tanto escritos como en declaraciones; lo que buscarán es un acercamiento con quien se encuentra en el poder.
Quienes son gobierno con propuestas hasta cierto punto contrarias a su ideología con la finalidad de ganarse a otros sectores que no necesariamente sean los cuantitativos, sino cualitativos.
Y por último, los perredistas que se atrincheran en su grupo a la espera de observar qué organización se fortalece para realizar alianzas.
En Guerrero en la primera clasificación ubico a la nueva agrupación Alternativa Democracia Nacional, jefaturada por Héctor Bautista desde la secretaría general y desde el Estado de México, y en la entidad con Celestino Cesáreo Guzmán y Carlos Reyes, exmiembros de Grupo Guerrero.
En la segunda categoría veo al Grupo Guerrero de David Jiménez Rumbo, quienes dicen van a endurecer su arenga.
A la tercer clase pertenece Evodio Velázquez, presidente municipal electo de Acapulco, quien ya ha estado realizando gestiones con funcionarios federales y en estos días anunció que se inclina por instalar un casino al estilo de Las Vegas con el objetivo de atraer al turismo extranjero, el cual sea dicho de paso ha dejado de visitar el puerto desde hace 20 años.
Al cuarto grado hallo a la Coalición de Organizaciones Democráticas Urbanas y Campesinas (Coduc), de Sebastián de la Rosa Peláez porque no asiste o no lo invitan a formar parte de alguna de las tres descripciones anteriores del perredismo.
Lo interesante del PRD es la diversidad; la mengua es la falta de colaboración para fortalecer un partido político.
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